Estas bastardeadas madres ancianas, con sus arrugas, sus anteojos, algún bastón, depreciadas, abusadas para robar y currar en nombre de los derechos humanos.... y ellas... ahijando amorosamente a los hermanos Schoklender, parricidas ellos, y también abusados.
Las manganetas de la realidad y de la historia. Los abusados abusadores. El sufrimiento como tapadera del curro.
Sergio Schoklender es el apoderado de las Madres de la Plaza de Mayo, organización a la que los K. le dan mucha plata, para la Universidad, para la Imprenta, para el Museo y... para la construcción de viviendas.
Ya la Cámara de la Construcción del Chaco se quejó formalmente, porque a la organización Madres les paga el gobierno 210.000 cada casa, por adjudicación directa, y a las otras empresas, particulares digamos, que entran en licitación aunque sea amañada pero se guardan las formas, les
pagan 81.000 por vivienda. Se quejaron al Coqui, o sea, al Gobernador Capitanich del Chaco, quién con su pragmatismo de antología les dijo " Viene el paquete cerrado de Buenos Aires".
También hubo lío con las 432 casas y los 32 millones que les dio el gobierno a Madres para construir en "Los Piletones", Buenos Aires, y no se hizo nada.
Tata Quiroz, diputada nacional, denunció hace tiempo a Sergio Schoklender por posible lavado de dinero ante la Unidad de Información Financiera, porque el mismo día hizo dos operaciones inmobiliarias grandes en José C. Paz, una de 95.000 dólares y otra de 65.000 dólares. No pasó nada con la denuncia.
Ahora se sabe que este muchacho se movía alquilando avión privado, se compró la casa con casi una docena de baños ... y otras suntuosidades.
Ahora está el hermano menor Pablo, a cargo de todo. El parricidita, el más chico.
Lo demencial es que el dolor de las madres por las muertes horrorosas de esos jóvenes, y el sufrimiento de esa familia de padre abandónico y de madre alcohólica que terminaron asesinados por sus hijos, sea unido, todo ese inconmensurable tormento, para servir de cobertura a las prácticas tortuosas, deshonestas, de este gobierno con la increíble adhesión del 52 %.
El estado de la sociedad me recuerda a la gente aparentemente contenta saltando en el Mundial de l978, o a la gente en la Plaza de Mayo vivando al General Majestuoso que llevó a los soldados a morir en Malvinas.
Son engaños, ilusiones, consuelitos con que nos obsequiamos, quizás para postergar un ratito más la hora de levantarnos y de ponernos a laburar.
Esta noche fría no tengo ganas ni de atar al perro. Ya son las 3 y 37. Que se quede libre, al menos él.
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