Acerca de mí

Mi foto
La pepona es plagueona, que quiere decir que putea contra todo, por las dudas. Este blog peroncho es corregible, es agnóstico, hasta que Dios quiera. Nada kirchneroso. Gorilas también pueden hablar, pero en su medida y armoniosamente. Gente que mira 6, 7, 8 está discriminada, prohibida y excluida por la Pepona porque se argela. Los que leen a Verbitsky, lejos de la Pepona. Si alguno todavía lee a Perón, que ayude. Que el Gauchito Gil que era colorado y peronista anticipado, se ocupe de que tengamos un 2011 no del todo pa´l carajo.

¿Qué haría Evita si viviera?

Si Evita viviera,  no sería de La Cámpora.  A Cámpora,  Evita lo tenía bien marcado porque lo tenía que vigilar cuándo salía con su hermano Juan Duarte de fiesta con muchachas, y ella advertía "el wisky y las mujeres,  no en  la cuenta de la Presidencia".  Con el tiempo el Dr. Cámpora fue un justicialista conservador y  que jamás sacó los pies del plato,  ni los hubiera sacado por quiénes sostuvieron que "si Evita viviera sería montonera" en aquella década del 70 con la que se justifica tanto abuso de poder y de mano en la lata.
Si Evita viviera,  las obras se harían sin mezquinar cantidad ni calidad de materiales para sacar las tajadas del "retorno De Vido" (Julio y los demás meses del año). No pensaba en pobre para los pobres,  les daba lo mejor.
Si Evita viviera,  no se hubiera llenado el país de casinos para quedarse con la plata de los pobres,  porque son los pobres los que juegan en las maquinitas. Los ricos van a Las Vegas, o al Conrad de Punta del Este, y no juegan en maquinitas sino en salas especiales de punto y banca.
Si Evita viviera,  no hubiese tanta juventud capturada con droga y plan,  abandonada a su suerte,  sin ideales, sin amor a la vida,  con una cultura de la muerte,  hundida en el tedio.
Si Evita viviera,  no se acarrearía a la gente,  como ganado.  En los tiempos de Evita existía el ferrocarril,  y la gente iba por su propia voluntad en tren nacional a los actos,  que para esas ocasiones, sí,  eran gratuitos. La gente iba porque la quería a Evita,  no por obligación,  no para conservar el plan,  o por temor a perder el trabajo. Existieron los arribistas,  los obsecuentes como los de ahora. Pero los humildes amaban a Evita,  porque ella nació y creció en la pobreza, y los reflejaba,  los elevaba,  los comprendía.
Si Evita viviera,  se preocuparía personalmente por los humildes,  por los chicos y por los viejos. Jamás hubiese estado en contra de una ley por los jubilados.  Jamás.
Si Evita viviera,  trabajaría veinte horas diarias para sus cabecitas negras.
Si Evita viviera,  a los intelectuales de Carta Abierta los hubiese mandado a trabajar a los barrios enseñando a la gente.
Si Evita no hubiese muerto tan joven,  se hubiera seguido despojando de cosas materiales, así como del vestido de Dior pasó al trajecito gris, y  hubiese cambiado el látigo por el diálogo,  porque ya habría aprendido a no tener miedo. Si hubiese seguido viviendo ya no habría más miseria y ella quizás hubiese vuelto a ser actriz.
Pienso que Evita sigue viviendo en todas las almas desprendidas,  que sienten  el sufrimiento de los otros,  en los que sienten el frío en esos pocos días de invierno,  en los que tienen hambre de olla y de afecto,  en los despreciados,  en los que no son bellos, en los que tienen piojos y granos, en los que están enfermos, en los que no son inteligentes,  en los que no pueden caminar, o no pueden ver,  o no pueden oir,  en los que son dejados de lado,  en los no escuchados,  esos seres invisibles, con vergüenza de hacerse notar,  con temor de ser, condenados a  agradecer de rodillas lo que les pertenece por derecho.  Condenados a la "lealtad debida",  temblando siempre, y preocupándose por cuál es el modelo,  y qué es eso de la inclusión.  No sea que se enojen con él los de arriba.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario