LA BOMBA NUCLEAR DEL 30 DE JUNIO

Desde el jueves 30 de junio,  cinco días atrás,  hace un frío congelante,  que no sé si es por el clima o por la bomba arrojada desde nuestra legislatura aquél jueves derogando la ley de lemas para el ejecutivo provincial.
A mí no me debería extrañar,  porque se hace siempre eso de adecuar las leyes electorales desde el gobierno para poder ganar con mayor comodidad.  Se agrandan o achican los arcos,  se agrega o disminuyen jugadores,  todo conforme con la conveniencia del momento.
Quiero corregir con sumo respeto al diario que hizo la historia de la ley de lemas y dijo que fue una creación de Joga y Bogado en 1987.  Ninguno de los dos fue tan inteligente.  La ley de lemas la pergeñamos,  copiándonos de Uruguay que ya la derogó,  Daniel Calderón, Oscar Luján Fappiano,  que en la actualidad es Procurador General en la Provincia de Tierra del Fuego,  y yo como fanática defensora de esa idea.  Vicente Joga no quería saber nada,  aunque lo haciámos para asegurar su triunfo,  con el acertado criterio de que debilitaba al partido, ya que cualquiera se podía presentar sin autorización de los órganos partidarios.  Y era el mismo Vicente Joga el Presidente en esas épocas del Partido Justicialista de Formosa.  El decía que era más importante el Movimiento Peronista, pero le había costado mucho ser Presidente del Partido,  desde la nada,  solo con nuestra Armada Brancaleone,  y lo defendía.  Al final lo convencimos a Bogado valíendonos del argumento,  veraz,  de que los de San Luis habían aplicado los lemas en una exitosa elección.  A Joga también lo convencimos,  y allí empezó todo el trabajo para conseguir el consenso suficiente en la legislatura.  Fue difícil.  De los 30 diputados,  solo 13 era peronistas,  5 eran del MID, y el resto radicales.  Pero salió la ley de lemas.  Daniel Calderón logró renovar su diputación por un sublema,  y fue el único peronista que lo hizo.  Al final,  los sublemas le sirvieron más al radicalismo porque vinieron a solucionarles las internas.
Pero hoy, qué golpe, que amargura, que herida innecesaria y absurda.- Gildo tiene el 70 % de los votos, los otros tres candidatos en conjunto tienen solo el 30 %. ¿Qué necesidad había de hacerlo ahora, con los candidatos nacionales ya inscriptos, con la campaña provincial de la oposición ya lanzada? ¿Por qué no se hizo antes?.
Aun estamos dentro de los diez días en que el Gobernador puede vetar. Gildo no presentó el proyecto, lo hizo un diputado. Ël puede vetar.Espero que lo haga.
De lo contrario puede restar brillo a un triunfo seguro del oficialismo. Los mismo compañeros estaban aceptando con entusiasmo el desafíó de "UNO CONTRA TRES". Están seguros de ganarles a los tres, no porque los odien, sino porque los respetan.Y así, el combate es el buen combate, el combate con honor.
El argumento de que no vale que los votos peronistas de Joga se sumen a los de un poco más a la izquierda de Francisco Nazar y a los de centro un poco más a la derecha de Buryaille queda anulado por la realidad.  ¿Que tiene que ver Cristina con el pibe de María Julia, de la UCD,  Amado Boudou? ¿No fue Cristina quién convocó en 2007 a la Concertación Plural con el radicalismo?  ¿No es radical de la tradición más pura el reelento gobernador de Misiones, Maurice Claus, kirchnerista, que ganó por más del 70 % de los votos? . Las autoridades de la Sociedad Rural de Formosa parecen amigos del gobierno provincial,  al menos siempre se los ve así en la exposiciones rurales.  La gente del campo no es hoy la que viajaba a París en barco con servidumbre y vaca para la leche fresca.  Hoy Paraguay exporta más ganado que nosotros.  Las Ferrari las tiene Schoklender. Que se junten el peronista Joga, el peronista más hacia los pobres, Francisco Nazar, y el agrario Buryaille.  Les ganamos igual.  ¿Por qué no le tienen confianza a la militancia? ¿No se tiene confianza el diputado que presentó ese proyecto,  que es un buen militante?
¿Por qué nos quitan el sabor del buen combate a nosotros los gildistas?
  Es aburrido ganar desde el poder,  desde los subsidios,  desde la obra pública inmensa,  apabullante,  desde los miles de planes pagados con la plata de los jubilados,  desde las varias inauguraciones diarias donde se quedan las mercerías sin provisión de cintas argentinas para cortar,  desde el monopolio de la prensa.  Le falta el sabor irresistible del riesgo,  del desafío,  del temblor al abrir la urna y sacar el primer sobre,  de la terrible, intensa y plena sensación de aventura al salir tempranísimo el día de la elección con la termera y el mate,  la provisión de yerba,  unos caramelos para no perder tiempo en comer. Quién nos devuelve la adrenalina.  Ese coraje que hay que sacar desde las tripas.  La sensación de ser más que hermanos con los compañeros,  aunque nos hayamos sacado los ojos hasta ayer.  La milanesa compartida a las apuradas en el medio del comicio entre un legislador y un humilde militante de Villa Luisa,  barrio que ahora se llama distinto. Esa comunión,  ese sentimiento de ser Uno,  ese abrazo sudado y con lágrimas cuando se gana una urna.  Esos nervios ante un voto impugado.  Ese padecimieto para conseguir el transporte que siempre falta, un abogado en una escuela difícil, un fiscal que faltó,  un presidente de mesa que no sabe qué tiene que hacer.  El aguante en la difícil hora de la siesta.  La hora de la verdad que llega en el cierre del comicio. Se cierra la puerta del aula. Queda el fiscal ante la urna. Nadie respira.  Los ojos desorbitados. El miedo.  Al final, el agotamiento,  la sensación de haber cumplido la jornada,  y si se ha ganado,  se toca el cielo con las manos.  
Esa batalla es la que queremos nosotros los soldados,  los militantes,  no importa el lugar en que estemos.  Ese día,  el del comicio,  el de la batalla,  los jefes están en manos de los militantes y de los fiscales.  Es un día de gloria para nosotros,  los soldados de muchas batallas,  la mayoría ganadas, algunas perdidas.  Pero siempre bellas si son heroicas, si no hay trampa,  y si el resultado no está cantado.
¿QUIÉN NOS DEVUELVE A LOS MILITANTES NUESTRA POSIBILIDAD DEL BUEN COMBATE? ¿O será que todos nos tenemos que hacer hinchas de futbol para tener un grupo de pertenencia?. El militante,  el que pone alma y vida aunque no tenga nada que ganar y mucho que perder,  no tiene precio,  no está en este mercado ridículo y abyecto.  Lo están dejando morir.