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La pepona es plagueona, que quiere decir que putea contra todo, por las dudas. Este blog peroncho es corregible, es agnóstico, hasta que Dios quiera. Nada kirchneroso. Gorilas también pueden hablar, pero en su medida y armoniosamente. Gente que mira 6, 7, 8 está discriminada, prohibida y excluida por la Pepona porque se argela. Los que leen a Verbitsky, lejos de la Pepona. Si alguno todavía lee a Perón, que ayude. Que el Gauchito Gil que era colorado y peronista anticipado, se ocupe de que tengamos un 2011 no del todo pa´l carajo.

El golpe del 55, en la casa.

Yo ya iba a primero superior.  En mi casa en esos días estaban todos nerviosos. Había dos motivos:
1- Estaba cayendo "el tirano"
2- Mi mamá  estaba "de compras" 

A ésto se le llamaba estar "de compras"

Mi viejo,  después de varios tés de tilo dio instrucciones:
- Vos,  vieja,  no le hables de Perón a la partera,  porque ella es peronista y se puede vengar  con vos y con la criatura.  Mejor cuando llegue hablale bien de Perón,  decile que es un disparate eso de los pasillos de Banco Central llenos de lingotes.  Y que Evita era una santa.
- Vos, nena,  no se te ocurra hablar de lo que está pasando, ni te acuerdes de Perón en la escuela porque tu maestra es peronista y se puede vengar con vos.  Mejor,  dejá el libro de lectura abierto donde está "Evita, el hada de los hospitales",  en tu pupitre.  
 En eso estábamos, y esperando la partera porque en esos lejanos tiempos se paría a fuerza bruta y en la casa,  donde también se moría. Y se escuchó el silbato del tren,  y a los minutos apareció mi nona que venía a ayudar. 
La nona estaba aterrada porque decía que iban a bombardear las refinerías de San Lorenzo o los oficialistas para vengarse o los contreras para vengarse. Se había traído al loro en la jaula para salvarlo del bombardeo presunto.
Yo pregunté:
- Y al nono José ¿lo dejás con las bombas?
- El nono tiene que cuidar la estación de trenes porque él es el jefe de la estación y se cree Garibaldi. Dice que alguno puede venir a vengarse.
Diganme, ¿USTEDES NO SIENTEN OLOR A PÓLVORA?
Esa pregunta ¿no sienten olor a pólvora?,  fantasía de un bombardeo inexistente,  se repitió por décadas en cada reunión familiar.
Mi viejo,  seguramente para descomprimir,  le dijo a la nona:
- No se haga mala sangre,  ahora si cae, lo van mandar a don José a una estación de más categoría. Lo tienen ahí porque él no se puso el luto obligatorio cuando murió la Eva.
- Que seas mi yerno no te permite decir eso. El sí se puso el luto,  y de corazón,  te lo digo ahora en la cara.  Ustedes porque tienen un tallercito,  un camioncito,  se creen los oligarcas y no les importamos los que tenemos que vivir de un sueldo. Ahora seguro que los de La Fraternidad,  el gremio de los maquinistas, que son contreras,  lo van a echar a  mi marido,  para vengarse.
- Bueno, cálmese,  si pasa eso podrá venir a trabajar conmigo Don José, porque seguro que cambian el gerente del banco y sí podré conseguir el crédito para comprar otro camioncito y agrandar el taller. No creo que quieran seguir vengándose conmigo porque no me afilié. Yo no les hice nada y  trabajo como un burro todo el día.
 A esa altura yo me imaginaba a mi nono más o menos así:
Con los años, encondré en el galponcito del nono muchos ejemplares de la constitución de 1949,  con la función social de la propiedad escrita allí. También la colección de Mundo Peronista, y los planes quinquenales.  Y, por supuesto "La Razón de mi vida",  "Conducción política",  "La comunidad Organizada".
   Al rato,  llegó la cigüeña.
Mi viejo salió de la pieza bailando en una pata al grito de:
- ¡¡¡ ES UN VARÓN !!!  Este día es el mejor de mi vida, cayó el tirano y tengo un varón.
Yo, hija única hasta ese instante,  la nena,  me metí debajo se la cama y me hice para siempre furiosamente peronista.

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