Me parece que casi toda la gente recibió la noticia del golpe de estado contra la pobre e incapacitada Isabelita, en 1976, con un sentimiento casi de alivio. Yo también, porque cuando se teme mucho a algo a veces uno quiere que pase de una vez. Pero el cagazo fue mayúsculo y duró años . Esa mañana me enteré y fui enseguida a la casa del gallego, pero ya lo estaban llevando. Así iban cayendo los compañeros. Eso que no estábamos con los fierros, éramos de hacer política nomás, y peronchos de abajo. Pero lo mismo, el capitán granadina no dejó a ninguno con laburo. A nosotros no nos metió en cana, pero siempre nos avisaban que nos llevaban, nos allanaban, teníamos todos los ojos salidos de las órbitas del miedo. El miedo. Uno se acostaba con el corazón tocotoc tocotoc, aterrado, cada auto que paraba en la calle nos estrujaba, sudor, temblor. El auto arrancaba de nuevo. Respirar . Así llegaba el amanecer. La hora de levantarse y hacer el mate. Que alegría, unas horas ganadas. Nunca entendí esa alegría, si sabía que era unas pocas horas hasta la espera terrorífica de nuevo. ¿ Será porque a los veinticinco la fuerza de la vida es más grande que la fuerza de la muerte?
Acerca de mí
- LA PEPONA
- La pepona es plagueona, que quiere decir que putea contra todo, por las dudas. Este blog peroncho es corregible, es agnóstico, hasta que Dios quiera. Nada kirchneroso. Gorilas también pueden hablar, pero en su medida y armoniosamente. Gente que mira 6, 7, 8 está discriminada, prohibida y excluida por la Pepona porque se argela. Los que leen a Verbitsky, lejos de la Pepona. Si alguno todavía lee a Perón, que ayude. Que el Gauchito Gil que era colorado y peronista anticipado, se ocupe de que tengamos un 2011 no del todo pa´l carajo.
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