Nadie se salva de una madre despreciada.

    La madre de nuestra reina,   doña Ofelia,  siempre tuvo cara triste.
    Quedó viuda en l982,  con dos nenas,  una que se recibió de médica y la otra que no sabemos bien si se recibió o no de abogada,  pero habla lindo y es la Presidenta-Reina.
    Esta es la octogenaria madre:

 
    Esta es la bella hija presidencial:

Bueno,  he aquí que gracias a Freud y la banda suelta de psicoanalistas que pululan en Barrio Norte,  sabemos todos los argentinos y argentinas que la relación más difícil en el mundo no es obreros-patrones,  ni comunistas-liberales,  ni árabes-musulmanes,  nada de eso,  la relación más enquilombada está en la familia y es madre-hija.
La Reina nunca la soportó a la vieja.  Bueno,  pasa en casi todos los casos.  Pero en este se nota un montón. La bella hija no le da bola a la madre,  le disgusta que sea tan popu,  nada de estética,  nada de producirse,  la vieja es hincha de futbol,  bah,  una vieja "nacional y popular" que les vendría de perlas para la profundización del modelo.  Pero a Cristina le da vergüenza,  del padre porque el pobre fue colectivero y de la vieja porque es así.  La chica se las ingenió para subir de status,  es cierto.
Pero la vieja termina de tomar la revancha:
   Le ganó el juicio a la AnSes (caja feliz de Cristina) por actualización de los haberes de su pensión como viuda del colectivero.  Genial.  Los boludos de la AnSes la pagaron...¡ cuando tienen la "obligación" política de apelar y no pagan a nadie... a pesar de lo que manda la Corte Suprema.
   Quedó en evidencia que la Cristina es una mujer como otra,  no es de la nobleza,  sí tiene una gran capacidad de actuación y de elocuencia.
    Quedaron atrás los desplantes contra la vieja.  Inclusive aquél empujón que le aplicó la Cristina a la vieja ante el ataúd del Mito Nestor,  cuando la pobre madre quería consolarla.
    Mientras la nena está en Cannes con Obama,  la vieja se estará riendo.  Porque pudo burlar el cerco que le marcó Cristina con la prohibición a ella y a la hermana menor Giselle de hablar con la prensa.  Ahora salió.  Y nada menos que  a reivindicar la pensión que le dejó aquél colectivero un poco tartamudo,  en aquél pasado del que la primogénita se encargó de borrar para construir otro relato que empezó en Río Gallegos.
    La verdad es que me siento un poco mejor... Nadie está tan alto como para que nadie le llegue.  Y el adversario puede estar en los escondrijos menos sospechados.
    Ya sacamos la agrupación  "La Doña Ofelia",  por la profundización del modelo nacional y popular.  Afiliate en el humilde barrio de Tolosa,  pegado a La Plata, en la calle 522 bis.  La casita está adornada con flores de plático y adornitos de loza.  No te podés confundir otra vez.